martes, 7 de septiembre de 2010

Alta política (I)

Hay cuestiones que van más alla de la ideología de la persona o partido que circunstancialmente ocupe el sillón de Rivadavia. Hay formas pomposas de referirse a esas cuestiones, incluyendo "políticas de Estado". Pero uno también puede mirarlo desde otro lado. Pertenecer tiene sus privilegios, y todo o toda PNA tiene el sagrado derecho de mear al Presidente de Brasil en lo que hace a un sillón en particular: el asiento permanente en el consejo de seguridad de la ONU. Que es el sueño de consumo de todo Presidente de Brasil en materia de polex.


Resulta difícil encontrar algo en común entre Alfonsín I, Menem, De la Rúa, Kirchner I y Kirchner II, pero todos han hecho uso de ese derecho. La lógica por detrás de este perk del (la) PNA es que para poder ser un candidato creíble al asiento permanente, Brasil tiene que alinear a Sudamérica atrás suyo. En la práctica, Sudamérica equivale a Argentina + 5/6 (antiguamente México también jugaba, pero Brasil logró aislar a los mexicanos). El consejo de seguridad trata temas, eh..., de seguridad. Alta política.


Pero en la práctica, el consejo de seguridad no existe más. Como institución de seguridad colectiva, fue creado para impedir que Bush (o cualquiera en posición equivalente) invadiera unilateralmente a Iraq (o cualquiera en posición equivalente) en el 2003. Uno podría argumentar que el CSNU dejó de existir el 11/9/2001, pero eso es para los historiadores. Entonces, se puede decir que a Brasil, hoy, no le interesa el asiento en el consejo de seguridad, sino que le interesa el asiento en la mesa que un día va a discutir qué hacer con el consejo de seguridad. Y creo que la tienen asegurada, le guste o no a la Argentina.


Yo no tengo idea de qué es lo que puede llegar a salir de esa discusión, pero igual creo que no es algo que le interese demasiado a la Argentina. Obvio que queremos, como Sandra Bullock, la paz en el mundo. Pero nuestros intereses vitales son más modestos en escala: estabilidad regional. No queremos quilombos en el barrio. Somos casi casi una potencia conservadora, je je je. Y ese es el debate que nos tiene que interesar: mantenimiento de la institucionalidad a nível regional.


Entonces, para entender el debate en términos de seguridad que se plantea en el Cono Sur (y que tiene implicancias para el resto de Sudamérica), hay que entender que lo que para la Argentina es un objetivo central de polex (estabilidad regional), para Brasil es, además de un objetivo secundario, una herramienta para conseguir su objetivo central, que es sentarse en la mesa de los grandes para discutir la seguridad planetaria.


Caso práctico: Bolivia. Con aproximadamente 1 millón de bolivianos en territorio argentino y fronteras abiertas (grande Patria Grande), la institucionalidad en Bolivia es casi una cuestión de política interna para nosotros. Al Evo lo blindamos no sólo porque lo queremos, pero también porque desestabilizarlo trae consecuencias para la Argentina. Para Brasil, un golpe contra el Evo le mancha su imágen de Gendarme del Sur pero no llega a ser un problema interno.


Bueno, todo esto era una breve introducción para tratar un tema en particular: el Consejo de Defensa Suramericano (CDS) de Unasur. Pero ahora tengo que ir a laburar, así que queda para la próxima.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante post sobre un tema interesante. Creo que estamos viviendo, post crisis subprime, en las ruinas de todo el sistema institucional multilateral post-segunda guerra. Y la cosa funciona sobre los restos del Consejo de Seguridad, Bretton-Woods y la OMC.

Me parece que eso hace aún más importante las discusiones sobre las reformas de la arquitectura internacional y nuestro rol en ese juego. Y una de esas reformas en la del Consejo de Seguridad.

Esta introducción me da pie para comentar algo que escribió Natanson en Página/12 hace un tiempo.

En un artículo sobre la AUH, como al voleo, dice " Argentina, por ejemplo, se sigue oponiendo –sin mayores argumentos que la inercia conservadora de la línea diplomática de la Cancillería– a la aspiración brasileña a una banca permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU."


A mí lo que Natanson escribe me gusta. Su intento de usar las herramientas de las ciencias sociales para el periodismo me parece valioso pero, sinceramente, comentarios periodísticamente desinformados e improvisados como ese me hacen dudar del hombre.

También me pregunto si la posición de "el de adentro" con más argumentos no termina en el mismo lugar: ya no hay nada que hacer, así que resignémonos y apoyemos a Brasil en su búsqueda de un asiento permanente en el Consejo de Seguridad (CS).

Antes de seguir, alego a mi favor que no se puede hacer en un comentario una historia del proceso de reforma del CS y que, sin embargo, es importante para un buen post (la reforma del 65, la reunión de No Alineados del 92, la Res AG 48/26, las cumbres del 200 y 2005, etc) pero sí se puede, al menos, exponer algunas de las razones por las cuales Argentina está en "Uniting for Consensus" (UfC).

La Argentina busca un orden internacional democrático, entendiendo democrático como un orden que asegure la igualdad entre los estados y la plena vigencia del DIP ¿Cómo es que extendiendo el derecho a veto a nuevos miembros permanentes (es decir, cristalizando una situación de poder que podría cambiar en un futuro) aseguramos esa igualdad? ¿O, al menos, cómo es que eso está en nuestro mejor interés? ¿O es que a un estado conservador e intermedio no le interesa el mayor grado posible de cumplimiento del DIP? ¿Nos interesa ampliar la categoría de miembros con privilegios, sobre todo cuando no somos nosotros esos miembros?

Y, en caso que venciera la linea académica renovadora sobre los grises burócratas conservadores de la tradición histórica de nuestra política exterior, ¿Cómo nos aseguramos que esos nuevos miembros permanentes, una vez elegidos, representen a la región y no a sus intereses propios? Es decir, perpetuamos una situación de falta de accountability pero ahora con el chiste de tener un actor regional sin accountability. Yo sé que Lula es bueno y lo queremos pero ¿no es mejor ser un poco más "realistas" en el manejo de una institución que legitima la intervención armada internacional? Quién sabe lo que nos aguarda el futuro, no? Creo que la incertidumbre debería llamarnos a la prudencia.

No creo que la posición de UfC de crear nuevos miembros no permanentes, distribuidos geográficamente, y cuyas bancas sean ocupadas por la elección de los países de la misma región sea una mala política.

En fin...dentro de un rato, Dr. House.

Un abrazo.

r.-

Anónimo dijo...

Perdón olvide esto:

Link a una entrevista (no puedo encontrar la entrevista entera) al Ministro de Exteriores de Serbia sobre la opinión de la CIJ sobre la independencia de Kosovo.

Tal vez el de adentro o algún colega lector jurídico nos pueda iluminar sobre esta opinión y su importancia para el "único" tema propio de nuestro Ministerio: Malvinas.

http://news.bbc.co.uk/2/hi/programmes/hardtalk/8960296.stm

r.-

el de adentro dijo...

r: el link de página me da error... es más, cómo hace uno para poner un link en un comentario, je je je? Soy medio analfabeto con esto.

Yo la verdad que de consejo de seguridad no sé mucho, pero escribíte un post sobre el proceso de reforma y, como diría el Conu, "si está bueno y es aprobado por el consejo editorial (?), te lo publicamos de una".

Igual te comento que mi posición no es las que mencionás. Mi posición es la siguiente: el CSNU no existe más. En algún momento de los próximos años, nos vamos a juntar todos los países para definir que hacemos con lo que vos llamás las ruinas del sistema multilateral. Mi impresión es que el único organismo que sobrevive es la OMC, pero con un par de cambios profundos.

No tengo idea de cómo va a ser el nuevo esquema en materia de seguridad y defensa, pero es muy claro que no va a tener nada que ver con el CSNU. Porque no sirve más. Yo creo que el esquema futuro va a ser algo más parecido a un Consejo de OTANes regionales, con mucho mayor integración de los ejércitos en las regiones, pero es pura futurología.

Lo que sí te puedo decir es cómo se va a definir el esquema, o sea, el proceso. Obama va a llamar a una Conferencia Internacional sobre la materia, y van a elegir un lugar neutro y exótico (Maldivas, Ushuaia o Vladivostok). Se van a juntar delegados de todos los países y cerrar páginas y páginas de documentos, con montones de corchetes (cuestiones sin definir) para la reunión final, cuando lleguen los Presidentes.

Los 200 Presidentes del mundo van a hablar 3 minutos cada, discutirán temas medio pedorros, Chávez armará su chow, y los medios anunciarán catastróficamente "no hay acuerdo". Los peces grandes se van a encerrar en una mesa chica, van a acordar los últimos detalles y saldrán sonrientes de la sala. Lo que yo digo es que, de esa sala chica, saldrá sonriente, entre otros, Lula o Dilma. Y Cristina, Néstor o Lilita estarán esperando en la sala de al lado, nos guste o no. Vamos a influir en el proceso, pero no vamos a estar en la mesa chica.