En 1973, Dolly Parton escribió una de las canciones de ruptura más logradas que yo conozca. Es una canción sobre la renuncia y la tristeza que esa renuncia genera. En su estribillo, que difiere significativamente de las estrofas tanto en tono como en contenido, Dolly confiesa su amor eterno. La música que yo escuchaba de adolescente no tiene nada que ver con Dolly Parton. En medio de los casets de The Smiths, My Bloody Valentine, Capital Inicial, Pixies, Engenheiros do Hawaii y Joy Division, un TDK distinto a los demás portaba sin anunciarlo cinco canciones de Dolly.
La mayoría de las canciones de ruptura están planteadas desde el despecho o la autoayuda. Mientras se lima las uñas, Beyoncé ordena a su ex que ponga sus cosas en la caja de la izquierda, y que ni se le ocurra tocar los regalos que ella le hizo. Justin le dice (supuestamente a Britney) que no sirve de nada llamar pidiendo perdón, que ya fue. Los Enanitos Verdes, despechados, apelan a la auto-conmiseración. La peor forma de encarar todo esto es la de Axl Rose: echarle toda la culpa al otro, y desearle la muerte en una zanja a la perra hincha-pelotas esa del orto. En este himno a la demencia, "Atracción Fatal" hecha canción, Alanis le grita a su ex que espera que cada vez que ella clave sus uñas en las espaldas de otro hombre, él lo sienta.
Pero en Dolly, nada es negativo. Es dulzura, y convencimiento de que es lo mejor para los dos.
Bittersweet memories, I guess that's all I'll be taking with me
So goodbye, please don't cry, we both know that I'm not what you need
Y por eso el estribillo, ese que tanto molesta cuando Whitney lo grita a los cuatro vientos, en Dolly es suave, como un pedido de perdón. Casi explicando las estrofas: ni se te ocurra pensar que esto es por falta de amor. Algunas diferencias son profundas: mientras Dolly le dedica igual tiempo al "I" y al "You" en el estribillo, en Whitney es el show del sho. Todo va en crescendo para que ella pueda lanzar su acusación: YO siempre te amaré. Otra diferencia es fundamental: cuando Dolly dice "si yo me quedara, sólo me estaría interponiendo en tu camino", o mejor dicho, cuando la Madama le dice eso al Sheriff, es creíble. Le cagaría la vida. Cuando Whitney se lo dice a Kevin Costner, parece como que fuera un problema de incompatibilidad de agendas.
Otra cuestión que me viene a la mente es la tercera estrofa, donde Dolly le desea a su ex todo lo mejor en esta vida, y amor por encima de todas las otras cosas. Esto de desearle lo mejor a un o una ex es complicado. Por más amigable que haya sido el final, siempre quedan sueños destrozados, recuerdos borrados, esperanzas olvidadas. Es difícil desearle amor sin estar verdaderamente diciendo "deseo que te caigas en un tanque lleno de pirañas, tiburones y yacarés". Volviendo a Alanis, por ejemplo. En un momento, dice "I wish nothing but the best for you both", y en seguida lo increpa preguntando si la otra se anima a chuparle la pija en el cine como ella, como Alanis.
Dolly le encuentra la vuelta: al susurrar la tercera estrofa, en lugar de cantarla, es como que estuviera sublimando sus propias emociones. Otra vez, Whitney la caga. Sigue cantando, como si le diera lo mismo, como si fuera sólo una letra de una canción.
A lo que venía esto es a lo difícil que es captar emociones naturales en las canciones de ruptura. Una de las más lindas y sentidas que conozco es Río Seco, de Juana Molina. Pero emocionalmente no me llena, porque habla de un lecho agrietado y yo siento como que tuviera las cataratas del Iguazú dentro mío.
Chico Buarque lo hace muy bien. En Trocando em Miúdos, por ejemplo, le dice que se puede quedar con todo, menos con el disco de Pixinguinha y ese libro de Neruda "que me tomaste y nunca leíste". Educadamente, le dice donde se puede meter la alianza. Destila un poco de rencor (especialmente cuando le dice que acepte una ayuda de su futuro amor para el alquiler), y se guarda lo mejor para el final. En definitiva, una buena canción de ruptura es eso, una canción sobre guardarse lo mejor de uno para el final:
Eu bato o portão sem fazer alarde, eu levo a carteira de identidade
Uma saideira, muita saudade e a leve impressão de que já vou tarde
3 comentarios:
genial! y probaste con "I wish you love"?? Interpretada por Rachael Yamagata...te moris!
Estamos melancólicos!
Te dejo mi preferida: 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina.
Mi parte preferida:
"Sospecho que, así,
Se vengaba, a través del olvido,
Cupido de mi.
No pido perdón,
¿para qué? si me va a perdonar
Porque ya no le importa...".
Besos,
Flor
Gracias Flor, anón. Nunca fui muy Sabinero, pero hay momentos en los que todo remedio es santo, je je je.
Publicar un comentario