sábado, 17 de septiembre de 2011

Seúl es muy cool

Tantos años en Japón y nunca crucé el charco para conocer Seúl. No fue falta de interés. Entre una cosa y otra, nunca se dio. Tokio y Seúl están a menos de 2 horas de vuelo. Si uno reserva con tiempo, se consiguen paquetes de fin de semana relativamente baratos. Pero de cierta forma siempre creí que Corea se merece más que un fin de semana, es de esos países que siempre quise conocer más profundamente.

En primer lugar, porque si hay algo que me puede son las grandes ciudades. Me pierdo con todo lo que sea rascacielos, autopistas, subtes, aglomeración urbana. Y las ciudades no vienen en tamaños mucho más grandes que Seúl: en el listado de aglomeraciones urbanas más pobladas del mundo, Seúl-Incheon sale tercera; en el de áreas metropolitanas más pobladas, queda segunda.

En segundo lugar, porque también me encanta la historia económica. No creo que haya un caso similar al de Corea en la historia económica mundial: es el único caso que conozco de un país que en 50 años pasó de ser un país de agricultores miserables a ser una potencia económica global. Dos ejemplos de la evolución coreana alcanzan: en 1975, el 45,7% de la población activa coreana estaba empleada en la agricultura, y en 1999 era el 11,6%.


Pero el dato más impresionante es el PBI per capita: en 1962, en dólares corrientes cada coreano producía anualmente un valor de US$ 110. En términos comparativos, era menos de la mitad del PBI per capita de Brasil de ese año, un cuarto del portugués, un octavo del argentino y un 30% mayor al de la India. En el 2010, esas proporciones cambiaron radicalmente, y el ingreso per capita de Corea del año pasado fue más del doble del de Brasil y Argentina, igual al de Portugal y 16 veces el de la India.


Tuve tres días en Seúl, en los cuales buena parte del tiempo estuvimos metidos en reuniones en la Embajada, pero en algunas salidas uno ya se va formando ciertas impresiones. Y mi primera impresión es medio retro: la arquitectura de las ciudades tiene cierta relación con lo que uno determina como una "Edad de Oro": París es decimonónica, Buenos Aires es principio del siglo XX, Shanghai es siglo XXI, y Seúl es totalmente ochentosa.


Medio onda Dallas. O Miami Vice. La impresión es que en cualquier momento empieza a sonar Duran Duran o (horror) Kenny G. Todo regado en abundantes porciones de kimchi y soju.


Como en un buen videojuego, la primera misión es de reconocimiento y para empezar a entender la lógica interna del juego. Bajo riesgo y baja presión. Algunas reuniones de presentación, preguntas fáciles, todavía no terminan de visualizarse los malos (que seguro van a aparecer, los que van a hacer de todo para cagarnos la misión). Tampoco hemos logrado liberar armas o llaves secretas todavía.


Pero bueno, esto recién empieza. Completada la primera fase con éxito, lo que sí logramos liberar son las tarjetas de embarque para volar a Yeosu y empezar la segunda fase. Algo me dice que la segunda fase tendrá dificultades adicionales. Como en un buen videojuego, la dificultad tiene que ser creciente.


Tres días en Seúl, todavía no puedo hablar mucho de la ciudad, del país o de los coreanos. Mientras un auto nos lleva por las orillas del río Han en dirección al aeropuerto de Gimpo (el Aeroparque de Seúl), no puedo dejar de pensar en la freakeada que es The Host. Seúl es muy cool, pero también parece ser bastante freak. Creo que me esperan meses bizarros.

3 comentarios:

Alcides Acevedo dijo...

Excelente post.
Corea, gran misterio para los argentinos, una de las claves del suceso coreano es la educación, también la impresionante cantidad de ingeniero per-cápita que tienen.
Hay que señalar también que semejante progreso se consiguió con altas dósis de autoritarismo y explotación... nada de sindicalismo reivindicativo.

Lo más inquietante es ver como Argentina promueve (como si fuera la gran cosa) el ensamblado de basura electrónica obsoleta en Tierra del Fuego, los coreanos, en cambio, hace rato que empezaron a deslocalizar (a Vietnam y otros países) la fabricación de celulares de tecnología coreana ¿extraño verdad?


Para cerrar: ¿conocés los helados Melona? te dejo una foto.

Son de de Corea y en Buenos Aires hay gente que se mata por ellos (no son muy fáciles de conseguir)
Gran paradoja: se supone que Argentina tendría que producir alimentos con alto valo agregado... pero la empresa insignia al respecto (Arcor) deja mucho que desaear (desde mi punto de vista).

Quien haya viajado y conozca las golosinas de diversas partes de mundo puede dar cuenta de los berreta que es la producción nacional.
¿Siquiera en eso nos podemos destacar? estamos al horno.

Comandante Cansado dijo...

¿Está viajando o es su nuevo destino? Avise así sé si lo tengo que poner en el blogroll de expats. Pásela bien y coma mucho, que hay cosas muy ricas (bah, mi experiencia en comida coreana apenas pasa de Flores). Saludos.

el de adentro dijo...

Alcides: gracias. Hay muchas diferencias entre Argentina y Corea. Para parecernos más a Corea, tendríamos que dividir a la Argentina en el paralelo 38, y tener una República Argentina y una República Popular Democrática Argentina. La República Argentina tendría una base militar estadounidense de 3 km2 en el corazón de su capital. Medio complicado de llevar a la práctica...

Comandante: en mi post anterior lo explico. Estoy de viaje, pero voy a tener que venir mucho a Corea para laburar en la implementación de un pabellón argentino en Expo Yeosu 2012. Abrazo!