martes, 21 de mayo de 2013

Espíd Reicer

No es algo sencillo de describir. El tránsito en Luanda. Imaginemos una ciudad de 500.000 habitantes, con infraestructura adecuada. Como San Juan, por ejemplo. Le tiramos cuarenta años de guerra encima, y 6.000.000 de refugiados. 10 años de boom petrolero después, sumamos cientos de miles de 4x4. Y las calles y avenidas que las constructoras chinas, portuguesas y brasileñas van metiendo en el medio de todo eso, a los ponchazos. Le restamos casi toda forma de transporte público.


Dividimos los nuevos carriles por el número de zungueiras que tienen que vender pescado, harina de maíz, alfombras y raquetas mata-mosquito en los embotellamientos. Sacamos los nombres de las calles, que total son de la época de la colonia y nadie los conoce. Es más práctico guiarse por la farmacia con el cartel azul, la panadería "Bolo Real", la esquina con dos bancos enfrentados o la tía que vende pescado a la parrilla, la de las sillas de plástico azules. Ya que estamos en minimalistas, sacamos todo tipo de cartelería urbana que indique algo. Multiplicamos el resultado por la falta de semáforos en los cruces de las nuevas avenidas, y los cortes de luz que todas las noches afectan barrios enteros.

Ya que estamos restamos las veredas. ¿Para qué mantener esa tradicional separación careta entre autos y peatones? A las calles llenas de baches, les tiramos agua y basura. Mucha agua, y mucha basura. Para que uno no sepa exactamente donde está metiendo su auto. Sacamos todos los estacionamientos de la ciudad. Es más fácil dar vueltas por la vía pública buscando un trapito que te indique como dejar el auto en triple fila, que total el señor del Borat azul es raro que salga antes de las 6 de la tarde. Por las dudas, dejamos cartelitos con el número de celular en el parabrisas.

Sumamos un montón de motos chinas nuevas, con nombres como Keweseki o Kiwisiki. Se las damos a miles de pendejos que no las saben manejar, y los largamos a la calle. Aprovechamos y sacamos las tapas de desague, que se funden y se revenden en los mercados informales. Y le sumamos mucho asfalto brasileño, de ese que es económico porque se le saca casi todo el petróleo que es caro y se lo cambia por basura más barata. Es bárbaro. Hasta la primera lluvia, que lo derrite como si fuera hecho de azúcar.

A todo eso le sumamos al Camarada Presidente: cuando él decide salir, las calles por donde va a pasar quedan cortadas desde dos horas antes.

Y al final de todo este proceso, nos sacamos las máscaras: si yo te digo que nos vamos a encontrar a las cuatro de la tarde, bueno, eso ya se verá. Lo que pasó es que tenía que pasar por el banco, que queda acá a quince cuadras. A la ida fuimos bien, pero a la vuelta mejor ni te cuento. Justo enfrente a la Sagrada Familia volcó un camión de chinos, que estaban puestos en gradas como de coca-cola. La mar en coche, un mar de chinos tirados por la calle, y cuando fuimos a hacer la rotonda frente a la radio nacional estaba cortada, que están en obras. Quisimos agarrar un atajo, pero unos pibes habían parado los autos para charlar y se armó la podrida, que parece que uno le quería birlar la novia al otro, y estaban en ese tole tole y no pasaba nadie.

Y justo cayó la cana que nos quiso poner una multa por estacionar en lugar prohibido y les tratamos de explicar que no estamos estacionados, que esto es un embotellamiento y queremos salir de acá. Pero no hubo caso, al final arreglamos con 2000 kwanzas. Sí, ya sé, son seis menos cuarto, estoy a tres cuadras pero por acá el auto no pasa, ahora meto el cuatro por cuatro y lo saco. Poné la birra en el congelador que en quince, sin falta, llego.

Propiedad intelectual: las fotos las saqué de acá, acá, acá y acá.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

ahora no venga con el cuento que se aburre por esos pagos

Alcides Acevedo dijo...

Muy buena descripción ¿hablás de Luanda a la Villa 31?
Me parece que estás contemplando el modelo urbanístico del kirchnerismo para la futura Argentina, el sueño de Juan Perón: la abolición de todo rastro de la cultura europea del país.

Comandante Cansado dijo...

Buenísimas las crónicas.

Anónimo dijo...

Buenisimo el post, me encanta tu blog sabes que lo sigo hace rato siempre me llevo algo interesante. Che me interesa saber, Angola seria un destino de que clase para un diplomatico?
Te cuento que tengo el objetivo de pasar el ISEN como sea este año y me gustaria saber como el proceso para determinar donde terminas llendo. Me imagino que todos se deben anotar en los mejores destinos, pero seguro hay unos cuantos que nadie quiere pisar. hay rosca de por medio? Campeonato de truco? o lo juegan a la quiniela?

Anónimo dijo...

Ah me llamo Juan por cierto

el de adentro dijo...

ayj (¿sos ayj?): ¡aburrirse nunca! Y menos en Luanda...

Gracias Comandante... a veces me cuelgo y no escribo nada. a veces me cuelgo y saco cosas... así es la vida en los trópicos...

Juan: sobre ese tema escribí algo en agosto de 2011. Hay un sistema nuevo de licitaciones, pero la esencia sigue siendo la misma de esos posts. Luanda es lo que antes se llamaba "régimen especial", que son destinos particularmente complicados, que no es que la gente exactamente se mata por el privilegio etc etc...

Anónimo dijo...

¿Licitaciones? ¡Adentro, por favor! Si hasta para destinos como este hay acomodo.

el de adentro dijo...

Sí, anónimo! Pisos que se serruchan, cabezas que pasan por la guillotina, llamadas frenéticas desde y hacia la Rosada. Todo por el privilegio de acomodarse en la gloria que es el Sub-Sahara. Padrino, gracias por la magia y por el glamour. Todo se tiene que poder resumir en una palabra: es Africa.

Anónimo dijo...

Ratifico lo dicho: hasta para Luanda hay acomodo. Quizá no haya cabezas que pasan por la guillotina ni llamados frenéticos a la Rosada. Pero serruchos de piso, sí.

el de adentro dijo...

Anón: para que haya serruchos de piso, se requieren ciertas condiciones básicas. La primera, es que haya dos personas. A una la llamamos "serruchador" y a otra "serruchado". Ojalá un día se abra una licitación y haya dos diplomáticos que hayan marcado "EANGO" en un lugar alto!!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Exacto, Adentro, muy biennnn!!!

Pero además del serruchador, para hacer el daño poco caballeroso de serruchar el piso, hace falta el propio elemento cortante, el serrucho, que también puede aparecer bajo la forma de...una palanca muy grande, ¿no?

Licitación, licitación, hummm, ¿que era eso? ¿Vos licitaste?

Aprovechá, Adentro, que ya te queda poco, ya va para allá el verdadero Jefe.

el de adentro dijo...

Querido anónimo, licitación es eso que pasa que cuando aparecen las palabras "Angola", "Nigeria", "Pakistán", "Guanzhou", "Mumbai" los diplomáticos nos hacemos los boludos y miramos para otro lado (generalmente para el lado de Montevideo, Nueva York o París). Y si estás tan al tanto de mi derrotero, deberías saber que los reemplazos y las jefaturas de misión no se licitan (como tampoco entran en el sistema de licitaciones las misiones temporales), y deberías saber que lo mío es un reemplazo del jefe de misión, por lo que estoy doblemente fuera del sistema (evidentemente lo sabés, ya que sabés que pronto llegará el verdadero jefe, que al ser jefe de misión tampoco licitó porque es un nombramiento político). Digo, ya que estamos chicaneando, no?

De cualquier forma, ahora tenemos la verdadera oportunidad de verificar si hay o no hay palanca, si hay o no hay acomodo. Ayer se abrió la licitación de dos vacantes en Angola... vos te anotaste?

Anónimo dijo...

Querido colega, no es chicaneo. La distancia proporcionada por el Atlántico y quizá, también, el calor húmedo de Luanda, te hacen olvidar que hay reemplazos y jefaturas de misión momentáneas que SI se licitan y se han licitado, a veces sin especificar que van a ser tales, lo que genera confusión. Eso pasó, por ejemplo, con Nigeria, con Angola y con Libia, en el segundo semestre del año pasado.

Pero ya no importa. Lo importante seguir en esa línea ultraoficialista incondicional. Esa paga bien o al menos protege de una patada en el traste. Así que seguí por esa senda que vas bien. No es la mía. Yo pertenezco a la carrera y no estoy casado con nadie. Por lo demás, nada es eterno, mi amigo, y en esta carrera deberás saberlo. Buena suerte!

Anónimo dijo...

Querido Eldeadentro, qué anda pasando por el país de los canguros??? se extraña mucho sus relatos. Abrazo. Santiago