viernes, 22 de febrero de 2013

Logística Angoleña

Los sistemas locales de distribución de productos son muy particulares - y es una de las primeras cosas que a uno le llama la atención en Luanda. Existe un verdadero boom del comercio minorista, con supermercados, galerías comerciales y tiendas abriendo cada día. Pero el 70% del comercio minorista en el país todavía se realiza informalmente. Y en el medio de la informalidad, reinan absolutas las zungueiras, dueñas de las calles de la ciudad.



De su cabeza salen frutas y verduras, pescado, gaseosa, pollos, arroz, azúcar, harina de trigo, de maíz y de mandioca. Venden jabones, tápers, perchas, ollas y cubiertos. Venden zapatos, ropa, pendraiv y máus, canillas, hino-bidets y lámparas. Venden volantes, llantas, ojotas, toallas, cuadernos y resmas de papel. Con el caos de tránsito de la ciudad, los embotellamientos se transforman en verdaderos shoppings a cielo abierto. Lo que genera más caos cuando uno se da cuenta que justo el Hyundai Tucson que tenemos en frente no se mueve porque la señora que maneja se está probando unos zapatos que le gustaron pero como la zungueira no tiene el color buscado en su talle fue a buscar a otra zungueira que quizá sí lo tenga...

Todo en la vida responde a una lógica, y la fuerza de las zungueiras en Angola viene de épocas anteriores, cuando la falta permanente de energía imposibilitaba mantener productos en cadenas de frío: los mayoristas mantenían los bienes refrigerados gracias a sus grupos electrógenos, y a las 5 de la mañana empezaba la cadena de distribución. Si el pescado se pudre a las pocas horas de estar a temperatura ambiente, entonces el desafío de las zungueiras es llegar rápido a los clientes para deshacerse de la mercadería. No sirve esperar a que el consumidor quiera comprar pescado: hay que entregarlo mientras está fresco.


Ahora bien, el mundo cambia, Angola cambia y quizá las zungueiras sean una especie en extinción. El gobierno tiene planteada una política clara de formalización de las relaciones económicas, y todas las semanas uno ve en los noticieros y lee en los diarios sobre conflictos entre la policía y las zungueiras. Quizá un día la modernidad condene a las zungueiras a vender sus productos en mercados regulados y la ciudad de Luanda pierda un poco de su colorido, pero mientras tanto uno puede pararse en cualquier esquina de la ciudad a observar a una zungueira bajando una palangana de pescado de la cabeza, un bebé de la espalda y sentarse en un escalón a darle fruta sacada de un bolsillo a la criatura.

Algún lector desavisado puede preguntar: ¿y esto qué tiene que ver con la Argentina? Bueno, en realidad tenemos mucho que ver con todo esto. En un post muy antiguo mencioné la importancia de los supermercados para nuestro comercio exterior. Más del 80% de los casi US$ 200 millones que exportamos a Angola por año son productos de consumo masivo. De conversaciones con los importadores, sabemos que la gran mayoría de los productos argentinos que vienen a Angola pasan por la cabeza de una zungueira antes de terminar en la mesa (o en el baño) de la familia angoleña. Entonces entender las peculiaridades del sistema de distribución por zungueiras termina siendo parte del laburo de uno - tan importante como conocer a los gerentes de compras de los supermercados.

Aunque suene un poco acartonado decirlo, la verdad es que hay muchas familias argentinas que comen gracias a las zungueiras que reparten jabones, aceites, corvinas y harinas bajo el escaldante sol africano.

Aviso de propiedad intelectual: las fotos las saqué de
acá, acá y acá.

7 comentarios:

Comandante Cansado dijo...

Soy fan de su serie angoleña.

el de adentro dijo...

Gracias Comandante!!! Creo que ud. es el único, je je je... abrazo!!!!

Anónimo dijo...

siga siga dijera algun arbitro

ayj

Alcides Acevedo dijo...

Cierto, hay mucha familisa viviendo del comercio con Angola... ¿podemos contar entre ellas a los fabricantes de cosechadoras K?

el de adentro dijo...

Gracias ayj! El rating está bajo, pero el aliento de los amigos ayuda a seguir adelante, je je je!

Alcides: es medio complicada la cosa, pero tengo una regla mnemotécnica que no falla. Cuando pienses en un producto cualquiera, pensá: "¿se puede cargar en la cabeza?". Si la respuesta es positiva (harina, jabón, lenguado) entonces una zungueira lo puede cargar. Si la respuesta es negativa (cosechadoras K, automóviles K, tractores K o grupos electrógenos K), entonces quiere decir que las zungueiras no lo venden. Parece complicado, pero cuando uno se acostumbra es más fácil de lo que parece. Abrazo!

Anónimo dijo...

Acá hay otra fan!
Y creeme cuando te digo que me muero de ganas de estar ahí!!!
Buenísimos los post EDA, de lo mejor de los últimos tiempos.
Beso enorme,
Flor

el de adentro dijo...

Gracias Flor!!!! Ya estarás, ya estarás... igual lo de mejor de los últimos tiempos es fácil, ya que es lo único de los últimos tiempos, je je je... besote!!!!