Esta mañana se firmó la última resolución de traslado, la inevitable, para uno de los más grandes Embajadores de la Cancillería Argentina. Se nos fue el Embajador Néstor Stancanelli. Fue el principal negociador argentino en la Ronda Uruguay del GATT/OMC, y hasta mediados del año pasado había sido Director Nacional de Negociaciones Económicas Internacionales.
Tuve el honor de laburar con él entre abril de 2006 y febrero de 2008. No quiero explayarme en su capacidad negociadora, su honradez, su calidad y calidez humana, y su vocación de servicio. Es todo verdad, pero nada que yo diga sería original o aportaría un gramo de nada a su curriculum.
Stancanelli siempre fue el principal referente del desarrollismo en la Cancillería. Aún en los '90, cuando sus ideas eran consideradas pasadas de moda, fue un firme opositor de la apertura indiscriminada. Como "puente de plata" fue mandado de Embajador a Australia en el '98, donde negoció la principal exportación argentina de alta tecnología de la historia: la venta del reactor nuclear de INVAP a la Australian Nuclear Science and Technology Organization.
Fue su manera no sutil de decir "¿vieron que se puede hacer política industrial?". En otra escala, pero con el mismo sentimiento del otro Néstor.
Él no quería que yo me pasara al área de promoción. Teníamos una relación rara. Muy respetuosa y afectuosa, pero rara. Por un lado, lo sacaba de quicio que a mí la OMC y la Ronda de Doha me chuparan un reverendo huevo. Pero por el otro apreciaba mi intento de ponerle un poco de sentido común a esas discusiones tan etéreas y filosóficas de la Ronda esa de garcha que ya había nacido muerta y que nos tocaba, bueh, "negociar".
Mucha gente cercana a él me dijo que abandonar la OMC era, para él, como una traición personal y que nunca me lo iba a perdonar. Pero no hubo necesidad de perdón, porque nunca me lo reprochó. Él lo entendía. Obvio que en el Ministerio nos seguíamos cruzando. Un par de veces me dijo, medio en joda, "vos vas a volver". Y yo me reía, pensando por adentro "ni en pedo". Pero es verdad, Embajador, yo voy a volver. Y usted también.
Bueno, basta de tanta babosería. ¿Te acordás, Néstor, de aquella discusión que tuvimos sobre el estudio de Sandra Polaski? Bueno, quiero que sepas que yo tenía razón y vos no. El estudio de Polaski es bueno. Eso no te quita el mérito de haber pateado el tablero en Ginebra - ni a vos ni a los demás que tomaron esa decisión, Chiaradia, Taiana, Cristina. Pero no porque el acuerdo fuera malo para la Argentina. En eso, tiene razón Chiaradia: con los actuales términos de intercambio, ganamos con Ronda o sin Ronda.
Era la decisión correcta, aunque los medios después hayan dicho que era "una muestra más del aislamiento de la Argentina". Porque con ese acuerdo de mierda se cagaban a las Etiopía, los Bangladesh, las Angola del mundo. Y vos lo sabías.
Se te va a extrañar.
PUEDE FALLAR
Hace 13 horas
2 comentarios:
Me dejaste sin palabras (casi como su partida).
Agrego un solo detalle: como esos padres que hablan bien de sus hijos sólo cuando no están, creo que secretamente el estudio de Polaski le gustaba porque lo recomendaba y hacía leer.
Abrazo
(f.) querido, creo que le gustaba el estudio pero no le gustaban los resultados... abrazo!
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