martes, 20 de septiembre de 2011

Me puedo equivocar, pero subo la apuesta igual

Me pasa por desconfiar del APSEN (el sindicato de diplomáticos) en este post. Pasa que La Nación dice que el APSEN se quejó por la incorporación de variedad ideológica en la formación de los futuros diplomáticos. Aunque mi primera reacción fue pensar "esto me suena a verso de La Nación, no puedo creer que el APSEN esté en la pelotudez de una cacería de brujas ideológica", mi segunda reacción fue "pensándolo bien, tampoco es tan inverosímil".


Pero bueno, llegó a mis manos la nota del APSEN a la que hace referencia el diario conservador. Es una nota de abril, y en su parte relevante dice lo siguiente:


(H)emos visto con agrado la incorporación de nuevos profesores como así también el diseño de un plan de estudios que permita a los aspirantes ... pensar y formar su propia opinión.




Creo que es bastante claro, y pido perdón por haber desconfiado del sindicato de mi rama. Pero ¿por qué hace estas cosas La Nación? La Cancillería es uno de los pocos lugares del país donde ese diario aún goza de cierta credibilidad. ¿Realmente vale la pena mostrar tanto la hilacha para poder tener un titular con fuertes críticas al gobierno?


No me caben dudas que a la mayoría de los diplomáticos argentinos la simple mención del nombre "La Cámpora" les genera zarpullido, picazón y ronchas en la piel, pero la idea de empezar una cruzada ideológica que enfrente a la diplomacia con el poder político por un seminario y una charla excede el campo de la racionalidad. Y esto sería esto y nada más que esto, y ni siquiera ameritaría este post, si no fuera por una carta de lectores en La Nación del día de ayer. En la carta, el APSEN celebra absoluciones - lo que por otra parte me parece muy bien, bárbaro.


Y me queda una pregunta dando vueltas en la cabeza: ¿qué carajo está esperando el APSEN para aclarar esta situación de una vez por todas, y explicar a la ciudadanía que el sindicato de diplomáticos no está embarcado en la persecución ideológica a los profesores del ISEN? E incluso soy capaz de subir la apuesta: si el APSEN dejara en claro que los diplomáticos, al contrario de lo que afirma La Nación, valoramos la incorporación de distintas corrientes de pensamiento a nuestra carrera, lleno la ficha de afiliación que duerme en un cajón de mi oficina.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy ciento por ciento de acuerdo con El de Adentro. No a la persecuta, ni a la caza de brujas, ni a fruncir el ceño ante el menor atisbo de novedades aparentemente ajenas a nuestras preferencias. No ayudan al realismo de un funcionario de carrera con los pies en la tierra. Lo aleja, innecesariamente, del criterio nac&pop del gobierno actual, un gobierno que tiene, dicho sea de paso, buenas posibilidades de sucederse a si mismo en octubre. Pero lo que es peor, aparte de las coyunturas de todo tipo, es que esos rechazos alejan a un funcionario siglo XXI (y a su sindicato) de una Argentina plural y multiclasista. Necesitamos altura de miras y de tratamiento, virtudes especialmente deseables en la diplomacia y que se adquieren de diferentes maneras. Esa altura es lo que nos permite alternar con todos y con todo el mundo sin dejar de ser nosotros y sin necesidad de condenar aquello ajeno a nuestras afinidades. Un abrazo, Constantino

el de adentro dijo...

Gracias Constantino... no tengo nada que agregar (raro en mí, je je je). Abrazo, EdA

Anónimo dijo...

Me alegro, EdA. ¿Y ves? No siempre soy tan "tierno"... Constantino

Nelson dijo...

Tu desconfianza en el APSEN no ha de extrañar, puesto que para la gran mayoría “el sindicato” es visualizado como un gran foro para que los jurásicos se reúnan por cuestiones que los afectan específicamente a ellos “nombramiento de Embajadores políticos” “jubilaciones antes de los 80” “salarios altos que permitan costear estilos de vida suntuosos” y las cuestiones que perjudican a los de bajo rango...no interesan... como una carrera “excesivamente” jerárquica y autoritaria, maltrato y abuso psicológico (mobbing), misoginia, cantidad de sumarios por visas y/o porque al superior “no le caía bien” su subordinado, evaluaciones de arriba hacia abajo, pero no de abajo hacia arriba, contribuyendo a la omnipotencia y megalomanía que caracteriza a muchos (la mayoría) de los superiores…, etc.

el de adentro dijo...

Constantino: es una buena pregunta... ¿sos tierno o no, je je je?

Nelson: tenés razón en lo que decís. Y a eso se suma que las deliberaciones (por lo menos las que me tocó asistir, que fueron pocas) son muy boludas. Están en la pelotudez, como el infame "paro a la japonesa" de hace algunos años.