martes, 31 de agosto de 2010

Embargado por la emoción

No es para tanto, es sólo un decreto, dirán. Y tienen razón. Pero uno es más romántico, y lo ve por otro lado. Tantos años de Cancillería, y es la primera vez que veo que le manoteemos un tema a otro Ministerio. Normalmente estamos del otro lado del mostrador.


Los medios dieron cuenta del tema desde distintas ópticas: se criticó la (falta de) gestión de Nofal en la política online; el cronista destacó las peleas entre la tía Betty y la tía Debbie; la nación podría tratar de conseguir fotos con mayor resolución; clarín propone la beatificación inmediata de Beatriz Nofal, como a todo ex-funcionario; tiempo argentino la declara neoliberal, como a todo ex-funcionario.


Desde un punto de vista funcional, tiene su lógica. No me parece estrictamente necesario que una agencia de promoción de inversiones deba ser un ente autárquico. Porque en realidad buena parte del laburo de la agencia recae en las embajadas y consulados, que son los que generalmente mantienen (o deberían mantener) el diálogo tanto con las empresas locales que invierten en la Argentina como con las sede locales de empresas de nuestro país.


Por otra parte, debo confesar mi profundo desconocimiento de cuestiones relacionadas a la promoción de inversiones. Mi experiencia se limita a empresas japonesas - que no son muy representativas de la totalidad de la IED. Y mi conclusión es que uno puede facilitarles los trámites, entregarles información relevante en su idioma, ayudarlos a seleccionar un terreno para instalar una planta y explicarles lo mejor que uno pueda sobre la realidad argentina y los problemas que pueden enfrentar, pero la decisión siempre la van a tomar en función de un cálculo de rentabilidad esperada sobre la cual uno no tiene influencia.

Pero bueno, en definitiva la promoción comercial también funciona de esa forma: armamos agendas, organizamos stands en ferias, preparamos información de mercado y les ponemos intérpretes a los empresarios. Pero la operación, la venta, la define la negociación entre privados. Y el factor relevante, la relación precio/calidad del producto argentino, es una variable exógena para la Cancillería.

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