martes, 16 de noviembre de 2010

CPABL

Alguma coisa acontece no meu coração 
Que só quando cruza a Ipiranga e a avenida São João 
É que quando eu cheguei por aqui eu nada entendi 
Da dura poesia concreta de tuas esquinas 
Da deselegância discreta de tuas meninas

CPABL es nuestro Consulado General y Centro de Promoción Comercial en Sampa. Como regla general, tenemos Embajadas en las capitales, consulados en las demás ciudades, y misiones ante organismos internacionales. Además, en ciudades que revisten especial interés desde el punto de vista comercial (San Pablo, Nueva York, Los Angeles, Barcelona, Milán, Frankfurt, Shanghai y Mumbai) el consulado funciona como un centro de promoción.

No creo que sea necesario ponerme a explicar la importancia de San Pablo para nuestra polex, y en particular para nuestra estructura productiva. Un simple dato de color: 22 vuelos conectan diariamente Buenos Aires con San Pablo. CPABL es un puesto clave en nuestra diplomacia.

En realidad, nuestra red consular en Brasil es algo admirable: además de CPABL y de la Embajada en Brasilia (EBRAS), tenemos consulados en Porto Alegre, Florianopolis, Curitiba, Rio, Belo Horizonte, Salvador y Recife, y los consulados de frontera en Foz do Iguaçu y Uruguaiana. Creo que con un consuladito en Fortaleza y otro en el Norte (Belém o Manaus) estamos hechos, je je je.

La verdad es que esta infraestructura nos permite atender al ciudadano y al exportador argentinos en todo Brasil. Es lo que nos permite estar llevando astilleros a Rio una semana, empresas de alimentos a una feria de supermercados en Belo Horizonte otra semana, y editoriales a San Pablo un par de semanas después. Es lo que nos permite atender a la familia del adolescente que tuvo un accidente en Florianopolis, el camión que quedó varado en Uruguayana y registrar al nuevo argentino al que justo se le dió por nacer en Recife.

Pero además CPABL es nuestro consulado más femenino. Además de la Cónsul General, Teresita González Díaz, también son mujeres la jefa de la sección consular y su segunda. La sección comercial está en manos de un varón, pero sólo hasta diciembre. Es un diplomático que vuelve a la Argentina, y su lugar quedará en manos de una diplomática.

Y mi última visita a San Pablo me dejó pensando sobre el machismo residual en la Cancillería. Pero eso lo dejo para otro post.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Marque G para gobernabilidad

Me detuve leyendo este buenísimo post de Abel, donde se pregunta cómo sigue esto del G-20. Y me puse a pensar un poco en este tema. ¿Qué es el G-20? ¿Qué son los G en general? En el fondo, no puedo dejar de pensar que la proliferación de Gs en las relaciones internacionales es parte de un proceso de desinstitucionalización de la forma en la que los países tratan entre ellos. Un poco el proceso inverso a lo que ocurrió después de la II Guerra Mundial, en la cual se crearon las instituciones que dotarían de gobernabilidad al sistema internacional (Naciones Unidas y Bretton Woods).

Hace un par de meses escribí sobre distintas opciones institucionales para tratar entre todos temas que nos interesan a todos, como el valor del renminbi. En ese post tuve una postura muy entusiasta sobre el rol del G-20 (principalmente por razones pragmáticas: porque estamos adentro) en esto que Abel llama la "gobernanza global". Pero tampoco podemos olvidar que el G-20 es un parche.


El sueño racionalista de la interdependencia compleja, de contar con una colección de organismos internacionales a los que los Estados delegarían soberanía en nombre de la gobernabilidad y legitimidad sistémicas, quedó hecho trizas con la Doctrina Bush. El juego de la interdependencia implica seguridad colectiva y limitaciones al uso de la fuerza, que se reserva para casos de auto-defensa. La Doctrina Bush establece nuevas reglas de juego: unilateralismo y uso preventivo de la fuerza (o sea, ataque).


Si los organismos internacionales son un foro para tratar los temas que nos interesan a todos de forma colectiva estableciendo parámetros comunes a priori dentro de los cuales los Estados llevan a cabo sus políticas nacionales, los G son foros donde los decisores últimos (los Jefes de Estado) se juntan para declamar sus políticas nacionales. Es a posteriori que un grupo de redactores elaboran un documento común, aceptable para los (pocos) participantes, en el cual de cierta forma se baja la línea que deben seguir los demás participantes del sistema, excluídos ahora del proceso decisorio.


Entonces, este proceso de G-veintización de las relaciones internacionales responde a una lógica poderosa: ante la ausencia de mecanismos multilaterales creíbles de resolución de conflictos internacionales, los líderes de los países poderosos reclaman para sí el gerenciamiento temporario de los conflictos. Pero no puede ser más que temporario, aunque más no sea porque los líderes van a necesitar chivos expiatorios para sus eventuales fracasos. Si de hecho se concretara la guerra cambiaria que todos tememos, no sería un fracaso del sistema, de las instituciones o de las reglas: el fracaso es de Obama, Hu Jintao y las/los otros 18 líderes que se sentaron en esa mesa a tratar de evitar la guerra.


Por ahora, estos encuentros ad-hoc (que estoy seguro que se van a mantener en el tiempo, independientemente de la nueva estructura internacional que surja) sirven para lo que Abel correctamente identifica "como caja de resonancia para (que diplomáticos y, en ocasiones, jefes de Estado puedan) decir banalidades sobre los problemas del mundo, reemplazando en eso a las Naciones Unidas." De nuevo, las razones de sistema.


Pero en un momento no muy distante, no sé si en 2012, 2015 o 2020, nos vamos a tener que sentar, todos los países, a ver qué joraca hacemos con las ruinas de San Francisco y Bretton Woods. Va a ser un quilombo, je je je. ¡No me la quiero perder!

jueves, 11 de noviembre de 2010

Yo quiero ser militar, ¿y Usted?

Estábamos charlando el otro día con un amigo japonés que vive en la Argentina y una vez por mes habla 15 minutos sobre actualidades de la Argentina en un programa de NHK (la BBC japonesa). Uno de los temas recurrentes de su programa han sido los funerales de Estado de los últimos años (Alfonsín, Mercedes Sosa, Sandro y ahora NK), la tendencia argentina a santificar a los muertos, y cosas por el estilo.


En determinado momento, el tema pasa al compromiso de la juventud con la política, y el interés en general que los temas políticos despiertan en la población. El punto de referencia para él es obviamente Japón, donde la población suele ser bastante apática en términos políticos y descreer de la influencia del gobierno sobre las vidas cotidianas de los ciudadanos.


Lo que él no lograba entender es que tantas personas estuvieran afectadas tan profundamente por la muerte de alguien a quién ni siquiera conocían personalmente, y su cuestionamiento era al poder real de una persona (gobernante o artista) de afectar seriamente la felicidad o desgracia de un colectivo. Entonces, argumenté que independientemente del poder real de ese individuo, me parecía interesante que de repente una camada de jóvenes se interese por salir a transformar la realidad, y tomé como ejemplos este post del Conu, este de Marisín  o este de Patucho.


Y entonces le vi la cara de quien ya no entiende nada. De nada.


- Ahora, me banqué en los últimos años a toda tu familia apoyando al gobierno por la política de derechos humanos y el esclarecimiento de los crímenes cometidos en la dictadura. ¿Cómo puede ser que se muera este tipo y ahora los jóvenes quieran ser militares? Cada vez entiendo menos a los argentinos.


Baja el telón

lunes, 8 de noviembre de 2010

Diplomacia Revolucionaria

El otro día empecé con este post a divagar un poco sobre este libro de Paul Sharp. En ese post, identificaba las tres tradiciones de pensamiento en cuestiones internacionales, y en este quiero detenerme en el capítulo que Sharp le dedica a la relación entre la diplomacia y una de las tres tradiciones, la radical o revolucionaria (también llamada globalista o sistémica).


El pensamiento radical (no, no de la UCR) tiende a identificar al diplomático como enemigo - de ahí sale el incendiario panfleto de mi post anterior. Wallerstein, por ejemplo, basa su análisis en la existencia de un "sistema-mundo" caracterizado por la división internacional del trabajo y el surgimiento, en consecuencia, de Estados del centro y Estados de la periferia. Si, como Sharp infiere, la diplomacia implica un grado de compromiso con la razón de sistema, para pensadores que entienden que los problemas del mundo son sistémicos somos el enemigo.


A veces ocurre que actores políticos con la intención de cambiar el sistema radicalmente toman el poder en un determinado Estado y se abocan a sus tareas revolucionarias. Ahora bien, una de esas tareas consiste en relacionarse con los demás Estados que componen la comunidad o sistema internacional. Y ahí radica el primer dilema para la diplomacia revolucionaria: interactuar con los demás Estados implica, en cierta medida, aceptar las reglas del sistema que se busca suplantar.


En la práctica, las Revoluciones del último siglo (excluyendo las de cuño esencialmente nacionalista) han encontrado un equilibrio ad-hoc entre el carácter internacionalista de las proclamas y la necesidad de fortalecer el poder nacional ante un mundo hostil. Ese equilibrio muchas veces implicó posponer el planteo de una Revolución Global hasta "el momento en que estén dadas las condiciones". En otros casos, las necesidades internas no permitieron mantener ni siquiera el discurso internacionalista, lo que generó las autarquías del siglo XX: Albania, Corea del Norte, Burma.


Sharp advierte sobre los riesgos de la cooptación y el acomodamiento, y observa como la diplomacia soviética pasó de ser revolucionaria en sus orígenes (menciona el caso de Aleksandra Kolontai, primera mujer Embajadora de la historia) a ser más formalista y "conservadora" una vez que el papel de la URSS como gran potencia estaba establecido. En ese sentido, son pocos los ejemplos de diplomacia revolucionaria duradera en estado puro: Che Guevara, Al-Qaeda y no mucho más.


Cabe entonces distinguir, desde un punto de vista funcional, al agente de la diplomacia revolucionaria como pacato representante de un Estado revolucionario, de aquel abocado a las tareas específicamente revolucionarias. Para llamarlo de alguna forma, el diplomático subversivo. Si bien es raro encontrar ejemplos de diplomacia revolucionaria, la diplomacia subversiva es relativamente común. En la época de la Guerra Fría, tanto los EE.UU. como la URSS usaron extensivamente métodos de subversión para provocar cambios de régimen en terceros Estados, por ejemplo.


No me voy a detener en el significado e implicancias de la palabra subversión, pero hay una pregunta que es relevante: ¿qué busca subvertir la diplomacia subversiva? En algunos casos, que ya llamé "diplomacia revolucionaria en estado puro", se busca verdaderamente un cambio sistémico, un nuevo orden internacional. En la mayoría de los casos, sin embargo, la subversión se provoca a nivel local con un objetivo más limitado: avanzar el propio interés nacional en el Estado anfitrión.


Esto nos lleva directamente a la idea de legitimidad internacional, ya que lo se busca subvertir es una legitimidad pre-existente. Pero eso lo dejo para otro post.

sábado, 6 de noviembre de 2010

¿No será un poco mucho, che?

La diplomacia tiene un código de honor propio, tiene un estándar con el que mide todo lo demás. Ese código no guarda necesaria relación con un código moral, ese estándar no tiene nada que ver con la justicia de las causas... El diplomático considera honorable todo aquello que le trae éxito, todo es justo mientras le sea útil para lograr sus objetivos. Si hay que engañar, engañará; si la mentira le es útil, mentirá; si la coima ayuda, coimeará; si el crimen sirve, ordenará matar; si el robo, seducción, falsificación o prender fuego le aseguran éxito, hará todas y cada una de esas cosas... Y, a pesar de todo, el diplomático seguirá siendo el ejemplo de la honorabilidad - un perfecto caballero (...)


Esto lo escribió un socialista revolucionario irlandés, James Connolly, en 1915. Bah, en aquella época había serios problemas de logística en la distribución de alimentos (no existía la refrigeración) y en las ciudades la gente consumía mucha comida en estado deplorable de conservación, lo que generaba todo tipo de complicaciones en materia estomacal e intestinal, con su consecuente malestar. Creo que por eso también la gente se tomaba todo muy a pecho, en esa época.


Yo, igual, nada que ver, ¿eh?

jueves, 4 de noviembre de 2010

Presupuesto (II)

En el post anterior empecé a analizar en qué se gasta el presupuesto de la Cancillería. Hasta ahora cubrimos un 19% de los fondos presupuestados, nos queda un largo camino...

4. Acciones diplomáticas de política exterior: la unidad ejecutora de este programa es la Secretaría de Relaciones Exteriores (SEREE, Emb. D'Alotto). El titular de SEREE es el Vice-Canciller. Y las acciones de este programa representan el 58% del presupuesto del Ministerio: $ 1.152 millones. Dice el decreto administrativo:

A través de este programa se efectúa el estudio, diseño y programación de las acciones de carácter bilateral o multilateral, destinadas a fortalecer y profundizar la participación de la Argentina en el ámbito internacional. Asimismo, se impulsa la integración política y económica regional, el afianzamiento de la paz, la seguridad internacional, la defensa de los derechos humanos y la asistencia de los ciudadanos argentinos en el exterior.

Al ver las metas físicas del presupuesto, entendemos el porqué: las metas se cuentan, en este caso, en "Representaciones argentinas en el exterior": 84 Embajadas, 63 Consulados y 7 Misiones ante Organismos Internacionales. Y mantener esa infraestructura física, ese alcance geográfico de tener al Estado argentino presente en lugares como Vietnam, Angola o Yacuíba, se lleva mucha tarasca.

$ 745 M van en personal (permanente en un 3/4 del total), muy poco en bienes de consumo, $ 37,7 M en servicios no personales, y un rubro importante que no entiendo muy bien que es el de Recursos con afectación específica, que son $ 152 M para servicios no personales (¿serán los gastos de funcionamiento de nuestras sedes en el exterior?). Una partida que merece un párrafo aparte (en realidad, merece un post aparte) es la de transferencias a organismos internacionales para financiar sus gastos corrientes - y otras transferencias menores: $ 211,7 M (11% del presupuesto de la Cancillería).

Esos gastos van desde los $ 2.660 para la Oficina Internacional de Textiles y Vestidos (?) hasta los $ 63,7 M de la ONU (más lo de cada uno de sus órganos subsidiarios). Hay un Fondo Fiduciario para Alianza de Civilizaciones que se lleva $ 200.000 (me da fiaca googlear para ver que es eso, lo dejo como ejercicio para mis lectores). Hay gastos que son directamente una chantada, como los $ 700.000 de la Comisión Binacional del Puente Buenos Aires - Colonia. Una cosa que me llamó la atención es que el fondo para controversias del Mercosur se lleva sólo $ 260.000, y asuntos más etéreos como el Tribunal Internacional para Rwanda se lleva $ 1.836.000 (más otros $ 1.960.000 del Tribunal para la ex-Yugoslavia). Me parece que las prioridades están invertidas...

La SEREE encara además 6 obras que insumen $ 23,9 M del presupuesto 2010. La más emblemática es la construcción de la Embajada en Brasilia ($ 8,3 M), que tendría que ser inaugurada en julio del año que viene, pero además hay remodelaciones en varias otras sedes, y en el Museo de San Martín en Francia. El presupuesto se completa con $ 29 M para "Fijación del Límite Exterior de la Plataforma Continental", y mi generalmente insaciable curiosidad está saciada y no tengo ni ganas de saber qué demonios es eso y para qué necesitan tanta guita.

Este programa emplea a 932 personas en forma permanente, incluyendo 690 diplomáticos.

5. Registro y sostenimiento de cultos: $ 35,9 M (1,8%), y lo lleva adelante la Secretaría de Culto. En realidad, el sostenimiento es del culto católico, que recibe $ 29,9 M. Los otros cultos son registrados. Y el resto de la guita es casi toda de sueldos, siendo que en este caso los contratados son el 50% del gasto en personal. Las metas físicas son, ehem, graciosas: 122 Arzobispos, 1600 Seminaristas, 640 Sacerdotes. Y bueh, cada uno tendrá su opinión personal sobre este temita.

6. Relaciones Económicas Internacionales: $ 114 M (6% del presupuesto). Acá es donde estoy yo. Negociaciones comerciales, MERCOSUR, promoción de exportaciones. $ 44 M van en sueldos, y acá la proporción de gastos en contratados es de 1/5. $ 32,7 M se van en servicios no personales, y la mayoría de eso son "otros servicios" (no especificado). Supongo que ahí adentro está el Plan de Acción de promoción comercial. $ 31,3 son en concepto de transferencias, y casi todo va para el mantenimiento de la Fundación Exportar.


Este programa emplea a 165 personas en forma permanente, 138 de ellos diplomáticos.


7. CONAE: los $ 256,2 M de gastos de la CONAE (13% del presupuesto) salen formalmente del presupuesto de la Cancillería, pero no mucho más. Históricamente, el antecesor de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales funcionó en la Fuerza Aérea desde 1961. 30 años después se crea la CONAE como ente civil, dependiendo primero de Presidencia y desde 1996 bajo Cancillería. En el comentario de ayer, Ariel dice que la CONAE debería depender de ciencia y técnica, y no tengo argumentos en contrario...

martes, 2 de noviembre de 2010

Presupuesto

Hacía mucho quería escribir un post sobre el presupuesto de la Cancillería, y aprovechando el día de censo finalmente lo había empezado. El censista vino tan temprano que ni tenía café para ofrecerle. Y después el mundo se vino abajo. Creo que es la primera vez que retomo un post abandonado, los demás están todos en una papelera de ilusiones.


En este post de hace unos meses, traté las funcionalidades del Ministerio según la Ley, y ahora quiero empezar a ver la platita con la que contamos para cumplir tales mandados. Y para eso nada mejor que empezar con la Ley de Presupuesto 2010. Considerando el presupuesto total de la Administración Nacional, de $ 275,8 mm, el presupuesto de la Cancillería se lleva un 0,59%: $ 1.986 millones.


Históricamente, la Cancillería fue el Ministerio con menor presupuesto del Estado argentino. En el 2001, con un esquema de 10 Ministerios, la Cancillería se llevaba el 0,56%. Con la inflación de Ministerios de los últimos años, dejamos de ser el "primo pobre": en el 2010, con 13 Ministerios, la Cancillería tiene más presupuesto que Interior, Economía e Industria y Turismo (que ya ha sido separado en dos).


La razón de ser de la Cancillería, y nuestro gasto principal, es mantener lo que Kreckler llama "la mayor transnacional argentina, (que) opera con oficinas propias en 130 ciudades del mundo". Por eso nuestros gastos fijos en moneda extranjera son elevados. Y por eso en el 2003, efecto de la devaluación, llegamos a representar el 1,04% del presupuesto nacional.


Los gastos en remuneraciones se llevan un 51% del presupuesto, con un 18% de otros gastos de consumo y 16% de transferencias corrientes. Los gastos de capital (casi en su totalidad inversión real directa) se llevan el restante 15% de los gastos. Ahora bien, para empezar a ver la parte más jugosa, entender en qué se gasta la plata, tenemos que ir a la decisión de distribución de JeGaMin.


Ahora bien, fruto de la técnica presupuestaria que usamos en la Argentina (la Ley 24.156, una de las leyes económicas más importantes de la democracia, creación de un groso), esa platita se divide en 7 programas que realiza el Ministerio. Así que vamos por partes:


1. Actividades Centrales: $ 315,4 millones (16,1%). Esta plata incluye dos obras: Construcción de las nuevas oficinas en la calle Basavilbaso, que deberá estar listo en septiembre de 2012 ($ 13,7 M) y obras de remodelación del edificio de la calle Juncal (no sé si en la vieja sede del ISEN o las obras de UNASUR), por $ 2 M. Las otras actividades consisten en: funcionamiento de la Unidad Ministro ($ 23,3  M); administración financiera y de recursos humanos ($ 247,7 M, la parte del león); las tareas de capacitación ejecutadas por el ISEN ($ 10,4 M); Ceremonial ($ 14,2 M) y dos proyectos de cooperación, uno con España y otro con la UE, que insumen $ 4 M.


El personal permanente asignado a las actividades (excluyendo las dos obras) es de 600 personas, incluyendo 230 diplomáticos. A esto se le suman un número indeterminado de contratados con distintos grados de precariedad y arbitrariedad en los procesos de contratación, que representan 1/3 de los $163 M de gastos en personal de la actividad. A esto se le puede sumar parte de los $ 20,7 de mantenimiento, reparación y limpieza, ya que los dos primeros son internos pero la limpieza está tercerizada. $ 15,6 M van para maquinarias y equipos (informática está adentro), y $ 8,5 M de pasajes y viáticos.


Las actividades centrales insumen $ 42 de transferencias. De esos, hay plata que me parece no sólo bien gastada, sino que habría que aumentar: $ 5,1 M de becas, y $ 4,8 M del Fo-Ar. Ya hay otra plata que no estoy tan seguro. En el 2010 transferimos $ 36,8 M al PNUD para financiar gastos corrientes (otra de las modalidades semi-precarias de contratación del Estado argentino, los "contratos PNUD". A eso, se le suman $ 7,7 a la oficina local del PNUD en concepto de "servicios de proyecto"...


2. Cascos Blancos se lleva $ 10,1 M (0,5% del presupuesto de Cancillería), de lo cual mitad es gasto en personal (nuevamente se mantiene la proporción 1/3 para contratados). El resto se va en transferencias a la ONU y OEA, bienes de consumo, servicios, pasajes y viáticos. Hay 3 diplomáticos trabajando en Cascos Blancos.


3. Plan Antártico: este programa cuesta $ 49 M, y por lo que entendí básicamente es el mantenimiento de la Base Jubany y las actividades de investigación científica de la base. La verdad es que es la primera vez que escucho de este tema, así que mucho no puedo decir, excepto que laburan ahí 380 personas y que no hay diplomáticos.


Bueno, me faltan 4 programas pero se me hace tarde, sigo mañana.