jueves, 19 de agosto de 2010

Buen clima para los negocios a la mañana, con probabilidad de chaparrones en horas de la tarde

Sería un buen tema para un post: ¿quién es más peligroso para mi integridad, el meteorologista que me pronosticó 13 grados el viernes en Bahía Blanca y me hizo cagar de frío en la Base Naval de Punta Alta, o el economista que hace 7 años viene sacando informes semanales pronosticando el colapso definitivo de la economía argentina antes de fin de año? Pero bueno, esto es sobre otra cosa.

Muy de vez en cuando cae en mis manos un texto que contiene montones de ideas que uno ya tiene, pero nunca se tomó el trabajo de sistematizar. Tuve una de esas epifanías la primera vez que escuché "Hasta Cuando" de Capusotto en la radio, que poco sutilmente resume el problema de buena parte de los medios de comunicación. Y una de sus muletillas la encontramos en el minuto 3:00, con los consejos para la salud del Dr. Partuzzi: "en una economía que no atrae inversiones, donde la libertad de mercados es coartada, no hay ningún tipo de esperanzas".

Efecto inadvertido, cada vez que escucho o leo las palabras "inseguridad jurídica" o similares, pienso en Capusotto.

Esta mañana leí en homoeconomicus este post, que linkea a este texto de Mushtaq Khan: What Is a "Good Investment Climate"? Martín, muy inteligentemente, escribe: "Es cortito, lo puedeen leer sin muchos problemas... Como es lógico que pocos (o nadie) lo van a leer, resumo". Y hace un muy buen resumen, así que no voy a hacer lo mismo, je je je. Ley del menor esfuerzo, que le dicen. Pero quiero hacer un par de comentarios sobre temas laterales. Me gustó mucho la crítica que él hace a la literatura que relaciona "good governance" con inversiones y crecimiento.

En primer lugar, cuando dice "the indices measuring governance quality are subjective". Eso es muy verdadero, y quiero agregar ejemplos. Los índices de percepción de corrupción. Hagan click en el mapa, sobre Argentina y Brasil. Cuánto menor el número, más "corrupto" se es. ¿Vieron? Argentina 2,9; Brasil 3,7. Como argentino-brasilero les puedo asegurar que en Brasil hay mucha, mucha, mucha más corrupción que en la Argentina. Mucha. Sí, Brasil está cambiando mucho y muy rápido. Por suerte. But old habits die hard.

Yo creo que es un tema de percepciones, o como diría Aníbal Fernández, de sensaciones. Para los brasileros, la corrupción es algo más normal, más internalizado. Algo así como la inseguridad. Brasil tiene un índice de homicidios de 25,2 cada 100.000 habitantes por año; Argentina, 5,27 (un poco más baja que la de EE.UU., por ejemplo), y allá abajo en la lista aparece Japón, con 0,44. Ahora, vaya usted a preguntarle a un argentino o brasilero o japonés cuál es el gran problema del país, y una mayoría va y le dice: la inseguridad. "Viejo, ya no se puede ni andar tranquilo por las calles". En portugués o japonés suena igual.

Será una característica de los humanos, eso de quejarnos de la inseguridad. Pero bueno, con la inseguridad por lo menos tenemos estadísticas concretas de criminalidad. Las cuestiones de governance (corrupción, transparencia, libertad de mercado) tienen mucho que ver con percepciones y culturas locales imposibles de medir.

La segunda crítica, de la falta de estadísticas antes de los '90 también es muy válida, pero esencialmente el tercer punto es clave: "the number of high-growth countries is too small to generate satisfactory econometric results". Y en realidad, testear teorías del desarrollo es muy difícil. Creo que desde que yo era chiquito hasta ahora, sólo 3 países franquearon la barrera del desarrollo: España, Irlanda y Corea. No se me ocurre otro país que no sea una ciudad o isla habitada por chinos ricos. Los dos primeros medio que se desarrollaron por contagio, entonces la única conclusión que uno puede sacar es "compráte un boleto a Europa". Te queda Corea. Y no se puede acusar al gobierno coreano de no haber intervenido masivamente en su proceso de industrialización y de no haber violado todos los principios de good governance con ese objetivo.

El punto central que plantea Khan es que es posible que exista una correlación positiva entre "good governance" y desarrollo económico, pero no se puede establecer una relación de causalidad. Es un poco como observar que los ricos manejan autos caros, y llegar a la conclusión que si uno se compra un Porsche uno pasa a ser rico. Aunque para eso tenga que hipotecar hasta el techito. Observando la experiencia histórica, Khan concluye que los países que lograron alcanzar tasas altas de crecimiento comparten varias características que no tienen que ver con la estabilidad jurídica:



(Their states had) the capacity to alter property rights (and) to manage growth enhancing rents and destroy growth-reducing rents. Far from guaranteeing not to intervene in property rights, dynamic transformation states actively engaged in property right transformations that transformed poorly performing precapitalist property rights into rights that were more appropriate for rapid productivity growth.



En el fondo, es lo que hacen todos los Estados: alterar las señales de precios para derivar recursos escasos hacia actividades que son consideradas socialmente deseadas en función de un determinado objetivo político (creación de empleo, generación de divisas, carrera armamentista). Como dice Khan, no existen ejemplos históricos de países que hayan tomado el camino del good governance hacia el desarrollo:



During this transition, the condition of stable property rights is an odd one to aim for, particularly since the existing structure of rights and production systems is by definition of low productivity

Porque para un país subdesarrollado, el desarrollo implica romper el status quo, no preservarlo. 
Y con relación a la "estabilidad jurídica" que te genera un "clima de negocios" favorable, me parece que no hay que preocuparse tanto. Porque los empresarios no es que quieren reglas, lo que quieren es plata.

13 comentarios:

José Pepe Parrot dijo...

" Porque los empresarios no es que quieren reglas, lo que quieren es plata."
Éso lo resume admirablemente.
Cualquier cosa que los estorbe es un impedimento al "buen clima de negocios".
Un detalle es que el buen clima de negocios se lleva de los pelos con el bienestar de la población, porque para lograr lo primero hay que hundirle el dedo en el tujes a los segundos.
El vaso no se derrama ni hay efecto dominó que valga.
El camino del desarrollo (y acá me preguntaría qué cornos es el desarrollo o qué tipo de desarrollo queremos o algo así)necesita políticas activas, muy activas que muchas veces y casi siempre, joroban "el buen clima de negocios".
Porque de éso se trata un Estado. Todo lo demás es una biblia friedmaníaca escrita para favorecer el buen clima de negocios de los que siempre salen con los bolsillos llenos.
Por otra parte, cuando el estado interviene a favor del "buen clima de negocios" éso no ingresa en el arco de "intervencionismo". No no. Por esas cosas de las ciencias ergonómicas.

el de adentro dijo...

El gran tema es que si viene un PNA y propone modificar la Constitución para garantizar una renta mínima del capital, a los empresarios no les va a preocupar la inestabilidad jurídica causada por el intervencionismo estatal. Es muy difícil definir el desarrollo. En ese sentido, creo que es mucho más fácil definir al subdesarrollo. Como dicen los Titãs, "Miséria é miséria em qualquer canto, riquezas são diferentes".

Rober dijo...

El problema de que un gobierno no respete las reglas es que después no puede exigirle a nadie (entre ellos los empresarios, o los gobiernos de los otros países) que las respeten. Si no se cumplen las reglas, tampoco se pueden usar para bloquear presiones particulares.

el de adentro dijo...

Ahí disentimos con Rober... el Estado se reserva ciertos monopolios (uso de la fuerza, legislar, control de fronteras, el cobre en Chile). Grupos privados no pueden cambiar las reglas de la economía, pero el grupo político que asume el control del Estado sí puede. Y esa es justamente su función. Si tuvieramos un sistema impositivo perfecto (nadie lo tiene, bah) estaría de acuerdo en que no se cambien las reglas impositivas, por ejemplo. El gobierno, en ese caso, tiene una doble función: hacer cumplir las reglas y, cuando considera que algo no funciona como debería, cambiarlas. A través obviamente de los mecanismos legalmente establecidos.

Federico Thomsen dijo...

Ref. "During this transition, the condition of stable property rights is an odd one to aim for, particularly since the existing structure of rights and production systems is by definition of low productivity"

No estoy de acuerdo. Precisamente para eso está la actividad de los mercados: el comercio implica ir intercambiando derechos de propiedad con el estímulo de "sacarles más jugo", o sea aumentar su productividad.

Que el gobierno deba modificar drásticamente la estructura de derechos de propiedad me parece más algo excepcional que una regla para alcanzar el desarrollo. Ciertamente no voy a enterrar mis ahorros en algo que al día siguiente me pueden decir que ya no es mío.

Faco dijo...

Vi tu blog recomendado en algún post perdido y veo que no hice mal en suscribirme. Muy buen post, y genial síntesis la frase final. Saludos.

el de adentro dijo...

Federico: creo que puede ser una cuestión de adjetivación. Estoy de acuerdo en que una modificación drástica de los derechos de propiedad debe ser algo excepcional y manejado con cuidado. Pero me sorprende a veces leer que una medida x destinada a evitar la excesiva concentración económica (defender la competencia en los mercados) o con un aumento en una alícuota y es tomada por cierta gente como si fuera, en palabras de Capusotto, "confiscaciones de tipo comunista". A lo que voy es que prefiero un gobierno que revisa las tasas de impuestos en función de la realidad económica a un gobierno que garantiza estabilidad impositiva por 40 años, nada más.

Faco: gracias! Saludos!

Anónimo dijo...

Siempre tarde yo. Siempre interesante usted.

Con relación al último punto y la "estabilidad jurídica" yo agregaría un punto que no parece estar presente y que va al corazón de tu argumentación.

Y si el problema no fuera la inestabilidad jurídica sino la inestabilidad macroeconómica?

En dos brillatens papers que se publicaron en el Boletin Techint (318 y 330) Kosakof analiza los comportamientos microeconómicos en entornos de alta incertidumbre y la historia de la industria argentina desde 1950.

Y creo que la potencia explicativa de su argumento es grande: si la inversión es una apuesta al futuro y si los industriales son actores racionales, entonces, una macro que no les permita prever con cierta razonabilidad las señales básica de la economia (precios, salarios, tipo de cambio, tasa de interés, etc.) no alienta mucho a la inversión. Y si hay inversión grande es porque el estado aparece para eliminar, vía subsidios, esa incertidumbre.

Así que después de todo podría no ser tanto la "seguridad jurídica" la que importa sino la "seguridad macroeconómica".

Dicho esto...en qué momento nuestros índices de inflación y su efecto sistémico podrían comenzar a afectar el horizonte de inversión? Digo...siempre en más facil importar.

Un gran abrazo y me alegra que por fin ha llegado el merecido reconociento de la blogosfera.

r.-

Federico Thomsen dijo...

Ref. "prefiero un gobierno que revisa las tasas de impuestos en función de la realidad económica a un gobierno que garantiza estabilidad impositiva por 40 años"
Me parece que es una cuestión de costos y beneficios. A veces tomamos compromisos ("contratos") que hacen posible algo que no lo sería sin ellos. Conceptualmente, puedo imaginar casos en los que se justifique (me parece recordar a Alberdi hablando de dar privilegios para que se hagan ferrocarriles y vías navegables en la Argentina). En la práctica, se podrá discutir si un privilegio o concesión específica estaba justificada o no (aunque supongo que muchísimas veces no se tendrá evidencia contundente ex-ante).

el de adentro dijo...

R: un gusto tenerlo(a) en los comentarios, estuve escribiendo algo en función de comentarios tuyos anteriores (incluso un post sobre democracia y exportaciones MOI). Creo que el tema de la estabilidad macro tiene más que ver con el horizonte de inversiones que otras cuestiones más difíciles de medir como la "estabilidad jurídica".

Además, y esto es también es respuesta a Federico, lo de la estabilidad macro es una cuestión pendiente en serio (especialmente el temita de la inflación). Quizá uno pueda incluso forzar el argumento que el actual gobierno ha sido de los más benignos de los últimos años en temas "institucionales": el programa económico actual es de reformas en cuotas. No existen más los grandes paquetes o grandes leyes que te cambiaban toda la estructura propietaria o derechos de un plumazo (como por ejemplo, la Ley de Reforma del Estado o la Ley de Convertibilidad).

En los '90 se implementó un paquete radical de reformas que generó cambios profundos en la estructura productiva argentina y en los ingresos de buena parte de la población. Fue una especie de terremoto, y nuestras actuales autoridades claramente no quieren repetir esas experiencias extremas.

Entonces para mí la pregunta es: es posible alcanzar la estabilidad macro de los '90 sin tener que recurrir a las expropiaciones masivas de esa época o los cambios radicales en los ingresos de la población?

Federico Thomsen dijo...

Interesante el punto de que hubo cambios más fuertes en los 90s que ahora (aunque la estatización de las AFJPs me parece que califica).
Habría que ver si la diferencia no es tanto en la magnitud del cambio, sino en la interpretación que se le da al mismo. En la medida que un cambio se discute, por ejemplo, en el Congreso, hay oportunidad y tiempo para que todos los actores vayan entendiendo de qué se trata, a qué se apunta, etc. Aparte de la posibilidad de informarse, supongo que también influye si el cambio es valorado positivamente o no por una mayoría (y acá no sé si contar cabezas, o, en caso de reformas económicas, "los inversores" o algo así). No se si me expliqué bien, porque estoy escribiendo un poco a las apuradas.

Sobre lo que señala R, es el argumento que usaba Lavagna y otros del oficialismo actual para decir que después del 2003 hay más "seguridad" que antes del 2001, y es muy razonable. Y creo que es lo que ahora señala Fanelli (http://bit.ly/bbSuib) como preocupación sobre las políticas actuales, en una nota un poco menos clara (para mi gusto) que las que acostumbra escribir.

Rober dijo...

Volviendo a mi comentario y a tu respuesta, no creo que disintamos (disentamos? disentemos? disientamos?) el Gobierno tiene que cumplir las reglas, y cambiarlas cuando están mal o viejas o desactualizadas, pero para qué cambiarlas si no las piensa cumplir? Lo que pasa es que cambiar las reglas requiere cierto consenso social, especialmente cuando tiene que intervenir el legislativo. Y si uno tiene un legislativo en contra, y un judicial a favor, mejor incumplirlas que cambiarlas.

el de adentro dijo...

Eso es verdad, pero el tema del legislativo depende mucho de la importancia que le asigne el gobernante a temas institucionales. Si estos le importan poco, siempre se puede gobernar por DNU. Es como el Mercosur, Menem lo hizo.