martes, 17 de agosto de 2010

Grobo del bien vs Grobo del mal

El otro día Finanzas Públicas publicó un link a esta entrevista con Grobocopatel. En un ataque de sincericidio, el Grobo reconoce que para ser reconocido como un actor social y político el campo debe "bajar la evasión, que es mucha". Y bueno, si él lo dice, debe saber, ¿no? Más que andar escuchando a todos los payasos que repiten que "todos somos campo", me parece más sano escuchar directamente al dueño del circo.


Aunque en el fondo estoy de acuerdo con Aldo Ferrer, que en su carta abierta de respuesta al Grobo por sus otras declaraciones (las que pide eliminar las retenciones) pide que se deje de debatir las retenciones como si fueran una cuestión meramente fiscal o distributiva, cuando las retenciones son un instrumento de política industrial con un objetivo claro y, en ese contexto, son parte integral de la política económica. En un párrafo impecable y clarísimo, escribe:


Las retenciones tienen un efecto fiscal y desvinculan los precios internos de los alimentos exportables de los precios externos. Pero estos objetivos podrían alcanzarse, en principio, por otros medios. Para el único fin para el cual las retenciones son insustituibles es para establecer tipos de cambio diferenciales, que es lo que realmente importa para la competitividad de toda la producción interna sujeta a la competencia internacional...


Uno tiene que escuchar cada boludez sobre las retenciones... una vez, en Ginebra, un colega estadounidense trataba de explicarme que las retenciones serían un subsidio. Creo que llegaron a meter esa burrada en un non-paper. Traté de argumentar que las retenciones son aranceles, que los aranceles son impuestos, y que un impuesto nunca puede ser un subsidio (por definición, digo). Su respuesta fue problemática: "bueno, pero el efecto es el mismo de un subsidio". Claro, uno puede argumentar que el efecto de un impuesto puede ser equivalente al efecto de un subsidio (es llegar al mismo punto por dos vías distintas), pero entonces los 60 años de negociaciones multilaterales se van al tacho, porque TODOS los aranceles serían subsidios encubiertos...

Pero bueno, el objetivo de este post era tratar el tema de la segmentación de retenciones. El fin de semana se planteó una discusión interesante: de un lado del ring, Musgrave de Finanzas Públicas que plantea que si el Estado argentino está en condiciones de implementar la AUH no debería ser demasiado complicado segmentar retenciones para beneficiar a los pequeños productores. Del otro lado del ring, Rollo argumenta que una cosa es tomar medidas para bajar el precio de la soja en el mercado interno, pero otra totalmente distinta es decidir una redistribución para beneficiar a los pequeños productores (en detrimento de los verduleros, los quiosqueros y los peluqueros).

Y creo que ahí está el punto de la cuestión. No niego la importancia de las retenciones desde un punto de vista fiscal (acumular caja), pero si todo se limitara a eso entonces podríamos implementar el impuesto a la tierra que propone el Grobo, de una forma y con alícuotas que no afecten los ingresos fiscales. Pero las retenciones son más que eso: el objetivo central es, como dice Aldo Ferrer, fomentar el procesamiento interno de las materias primas.

Y eso es lo que hacen las retenciones: además de desacoplar el precio interno del precio internacional de las materias primas, también te sirven como medida de política comercial, para contrarrestar el escalonamiento arancelario de los países procesadores, que ponen aranceles muy bajos (incluso de 0%) para la materia prima y aranceles elevados para el producto procesado. Siempre con el mismo objetivo: cambiar las señales de precio para que el procesamiento doméstico sea más competitivo.

En ese sentido, me parece importante que todos los productores (grandes y chicos) sepan que pueden plantar soja, y que cuando la cosechen pueden exportarla o venderla en el mercado interno. Y que su ganancia en ambos casos será la misma, aunque el precio interno sea más bajo que el precio internacional. ¿O vamos a estar subsidiando a los que elijan exportar el producto primario? Si no les gusta la rentabilidad, que se dediquen a otra cosa. A la peluquería, o a una granjita orgánica....

3 comentarios:

Rober dijo...

Si el objetivo central fuera procesar internamente las materias primas, todo lo procesado debería estar desgravado, no? y los minerales deberían garpar tanto o más que la soja, no (teniendo en cuenta que son más dañinos social y ambientalmente y no renovables)? Es así?

Ana C. dijo...

Las retenciones son un impuesto para los productores, pero funcionan como un subsidio para los consumidores y para los productores de un bien que use ese bien como insumo. En el caso de la soja, el aceite de soja. Y eso debe ser lo que te quiso decir tu colega estadounidense.

el de adentro dijo...

Rober: creo que la clave es en lo "diferencial" de los derechos. Si todo paga 5% y el poroto paga otra tasa, es política industrial (más llá que la "base" de 5% tenga un costado puramente fiscalista). Lo de la minería es más complicado, pero no me queda tan en claro que la soja sea más "benigna"...

Ana: efectivamente eso es lo que quería decir el colega. Pero toda la estructura jurídica de la OMC está basada en que los aranceles son aranceles y los subsidios son subsidios, y son negociaciones aparte. Si empezamos a tomar que los aranceles de expo funcionan como un subsidio, entonces por espejo tenemos que aceptar que los aranceles de impo también, y se caen 60 años de negociaciones...