miércoles, 23 de marzo de 2011

Japón como entidad política

Aunque hasta hace pocos meses Japón era la segunda economía del mundo, a veces me impresiona el bajo grado de conocimiento que los extranjeros tienen del país. En la Argentina misma, cualquier ciudadano más o menos informado puede conocer los Jefes de Gobierno de por lo menos cinco países europeos (España, Italia, Francia, Reino Unido, Rusia, Alemania) pero es muy poco probable que se acuerden del nombre del primer ministro japonés. Esta última semana este blog se ha dedicado exclusivamente a terremotos, tsunamis y crisis nucleares en las islas del sol naciente, entonces me pareció interesante escribir una introducción al sistema político japonés. Antes que nada, quiero hablar de algunos mitos que existen sobre Japón:


1. Japón es una monarquía constitucional: parcialmente verdadero. La edición japonesa de wikipedia, en el artículo sobre Japón, empieza la discusión sobre el sistema político japonés con la siguiente frase: "Si bien las versiones en idioma extranjero en wikipedia afirman que Japón es una monarquía constitucional (con el Emperador como Jefe de Estado), la versión en japonés - este artículo - refleja una discusión en la cual este punto no es del todo claro". La realidad es que una monarquía constitucional requiere un monarca como Jefe de Estado, y muy pocos japoneses están preparados para aceptar que el Emperador sea el Jefe de Estado de Japón. La Constitución japonesa habla del Emperador como un símbolo de la nación, y la mayoría de los japoneses prefiere decir que Japón no tiene Jefe de Estado.


2. Japón no tiene ejército: falso. Japón tiene una prohibición constitucional de tener ejército, pero las Fuerzas de Auto Defensa de Japón son un ejército en todo menos el nombre. En tamaño del ejército, Japón ocupa el lugar 24 en el mundo, pero en términos de presupuesto, está en séptimo lugar.


3. El hecho de ser el país más desarrollado de Asia es consecuencia de su temprana occidentalización: falso. Esto es muy discutible, pero mi impresión visitando otros países de Asia es que son mucho más "occidentalizados" que Japón. Japón sigue siendo profundamente japonés. Algunas ideas sobre el desarrollo económico japonés las expuse en este viejo post sobre la autarquía. Digamos que en Occidente cuando estudiamos historia japonesa nos concentramos mucho en la Restauración Meiji y el proceso de industrialización de la segunda mitad del siglo XIX, e ignoramos el proceso de acumulación de capital (particularmente capital humano e infraestructura) en los 3 siglos del shogunato Tokugawa.


4. El sistema de partido casi único vigente en Japón desde el fin de la ocupación americana les otorgó una estabilidad política que permitió llevar adelante políticas de estado ajenas a la lucha partidaria. Complicado, pero me suena más a falso que a parcialmente verdadero. En primer lugar, lo de estabilidad política. En la actual Era Heisei (1989-presente) Japón ha tenido 15 primeros ministros (un promedio inferior al año y medio por PM). Es verdad que, con excepción de dos períodos (11 meses entre 1993 y 1994 y septiembre de 2009 al presente) el Partido Liberal Democrático (Jimintō) ha gobernado el país desde 1995, pero también es verdad que la lucha política hacia adentro del partido es intestina. El Jimintō es un conjunto de distintas facciones que muchas veces tienen tanto en común entre ellas como pueden tener, en nuestro PJ, el FPV y el PF. De esa forma, el LDP le ha dado a Japón gobernantes "desarrollistas" como Ikeda, "nacionalistas" como Mori, "liberales" como Hashimoto o "reformistas" como Koizumi.


5. Ajenos a la polítca partidaria, el verdadero Poder Ejecutivo en Japón es la burocracia estatal, que lleva adelante la formulación y ejecución de políticas públicas independientemente del Primer Ministro de turno. Parcialmente verdadero. La parte del poder de las burocracias estatales es verdadera, pero la parte de "ajenos a la política partidaria" es completamente falsa. Una de las razones del éxito electoral del Jimintō desde 1955 es que toda la estructura burocrática del Estado japonés tiene un espejo en el poderoso "Centro de Estudios de Política" del Partido. El Presidente del Centro es uno de los hombres fuertes del partido, y la vinculación entre las áreas del Centro y su espejo en los Ministerios y Agencias fue durante muchos años el verdadero motor para la formulación de políticas públicas en todas las áreas. La comunicación entre el Centro y la burocracia es fluida, siendo común que burócratas terminen presentándose a elecciones bajo la leyenda del PLD. Por esa razón a los demás partidos les cuesta tanto garantizar la gobernabilidad: no logran controlar a la burocracia estatal.


Ahora quiero hablar un poco sobre Kan, el primer ministro. Naoto Kan es un primer ministro atípico en Japón. Para empezar, sus orígenes. Las carreras políticas en Japón son en su mayoría hereditarias. De los últimos 5 primeros ministros, Kan es el único que no es hijo o nieto de otros primeros ministros. Empezó su carrera política como activista social, trabajando en la campaña de Fusae Ichikawa, una de las responsables de extender el derecho de voto a las mujeres en 1945. Fue elegido diputado por primera vez en 1980 por la Federación Socialista Democrática. En 1996, como Ministro de Salud y Bienestar, adquirió notoriedad por admitir el rol del gobierno en un escándalo de infecciones de HIV por sangre contaminada en los '80. y pedirle perdón a las víctimas.


En un país donde los políticos deben sonreír, hablar de generalidades y evitar definiciones polémicas o demasiado concretas a todo costo, su estilo confrontativo y crispador le valió el apodo de Ira-Kan. Después de haber fundado o pasado por una serie de partidos políticos, en 1996 fue uno de los fundadores del actual partido gobernante, el Partido Democrático de Japón (Minshutō). Llegó al cargo de Primer Ministro en junio de 2010, después de la renuncia de Hatoyama. Por razones que no vienen al caso en este momento, hasta el gran terremoto Kan sufría la maldición de sus predecesores inmediatos en la era Post-Koizumi: primeros ministros que asumieron con altos índices de popularidad y debieron dejar el cargo en menos de un año con guarismos de intención de votos similares a los que puede tener, en la Argentina, Eduardo Duhalde.


Al visitar Japón en el siglo XIX, pocos años después de la apertura, Oscar Wilde escribió:


En realidad, todo Japón es puro invento. No existe ese país, no existe ese pueblo. El pueblo japonés es... simplemente un modo de estilo, un exquisito capricho del arte.


Obviamente Wilde se refería al ideal que Occidente empezó a fabricar ni bien los primeros barcos lograron ingresar después de tres siglos de aislamiento. Atrás de la utilería de esa construcción cultural, existe un país de carne y hueso, con algunas contradicciones básicas que los actuales incidentes vinieron a desnudar. Por ejemplo, la contradicción de que un país basado en el pacifismo tenga uno de los mayores presupuestos militares del mundo. O, más relevante aún para este caso, que un país que hace del discurso anti-nuclear su caballito de batalla en el plano internacional haya salpicado su costa con 53 reactores que producen un 35% de la energía que consume el país - contradicción claramente expuesta en este editorial (en inglés) de Asahi de junio del 2010 sobre la política nuclear de Kan.


Más allá de las vinculaciones sentimentales, esta es la razón por la cual le he dado tanto espacio a la crisis de Fukushima en este bloj. Porque a mediano plazo Fukushima implica un cambio en la matriz energética japonesa que sin duda tendrá efectos a escala planetaria. El Japón de los próximos diez años es un país que necesariamente tendrá que patear el tablero en materia energética. Es un país que volcará toda su fuerza y sus vastos recursos en encontrar una solución segura y sostenible para su gigantesca demanda de KW.


Y esto es independiente de los resultados de la carrera contra el tiempo que se sigue luchando en el sitio del desastre. Japón como entidad política es un país que no soporta irradiados entre su población civil. Si la radiactividad empieza a aumentar en centros urbanos el cataclismo en el sistema político hará que nuestro "Que se vayan todos" parezca un juego de niños. Aún no se puede decir que la situación esté bajo control - aunque a Edano se lo vea más tranquilo y descansado los últimos días. Para cada una de arena, viene una de cal. El cemento sigue siendo una posibilidad concreta.

8 comentarios:

Die dijo...

La verdad, muy bueno el post.

Ya medio que aburre repetir esto cada dos por tres, pero quizás te interese saber que hay personas más que interesada en lo que publicas.

Al menos algunos periodistas podrían leer lo que escribís, por lo menos para que se aparten un poco de los cliché sobre los japoneses y el país.

Anónimo dijo...

lindo resumen
quizas dos cosas, una no lo mencionaste a Mac Arthur, la otra, ni a la guerra ruso japonesa ni a >Perry

bueno, no pude con mi gienio y fueron 3

el de adentro dijo...

Die: 'chas gracias por las palabras!!!! La verdad es que los halagos no me aburren, je je je. El ego de uno es un bicho insaciable que siempre requiere alimento fresco... Por otro lado, pedirle a muchos periodistas que se informen es casi tan imposible como pedirle a los japoneses que se relajen.

Anónimo (creo que ayj): si te fijás bien, a Perry lo nombro sin nombrarlo cuando hablo de los barcos. La verdad es que me parece que muchos argentinos tienen una idea de la guerra ruso japonesa o la ocupación americana del posguerra, pero muy pocos saben que los japoneses se consideran una Nación sin un Jefe de Estado. Muchos argentinos tienen una noción de cómo llegó Obama a la Presidencia de EE.UU, pero muy pocos saben que Kan se escribe con K de Krispación. En los posts sobre Fukushima, traté de evitar la interpretación o el copipeist de lo que dicen los medios occidentales (incluyendo los argentinos). Me parece que el granito de arena que puedo aportar al entendimiento de lo que está pasando (o a la cacofonía general, que es lo mismo, je je je) sale de postear sobre la visión de la crisis desde adentro de Japón: que piensan los japoneses, como reportan los medios locales. Mi obsesión con Edano no surge de la lectura de un diario: la tercera vez que algún amigo lo mencionó en una charla telefónica o en un mensaje de facebook empecé a entender la importancia de su figura para el pueblo japonés desde que ocurrió el gran terremoto.

Anónimo dijo...

vos conoces, y en situ, mucho mas que yo, sin duda, lo de los barcos y Perry fue quizas por que comente sin pensar.(me falto poner Mme Butterfly y decir los barcos negros quizas)

de todas formas, quizas los dos hitos fundamentales son la guerra ruso japonesa ya que ahi ingresaron al club de potencias hasta 1945, y Mac Arthur con su virreinato en Japon y la reconstruccion.

pero, de nuevo, son comentarios, el punto es que el post es muy ilustrativo.

Y, si, probablemente tengan Edano para rato.

ayj

Por algun lugar lei que el de 1923 los llevo a China

Franco dijo...

Quizas abuso de repetitivo, pero creo que es lindo que te elogien (aunque sea un nabo como quien escribe). Excelente post!! Realmente llenó un hueco en mis conocimientos

Saludos

@elcriticojd dijo...

¡Excelente post!

Si me permitís, agregaría una contradicción más a las que mencionas que es la de un país que hace de la austeridad y de la honestidad una de sus banderas tenga la corrupción tan enquistada en su sistema. Tanto es así que podríamos decir que fue el "lubricante" que permitió funcionar durante tanto tiempo el triangulo entre partido - burocracia y empresarios.

Voy a poner un ejemplo que seguro conoces, el que este año se suspendió por primera vez en 65 años el torneo de sumo por arreglo de competencias. http://bbc.in/g3339C

Abrazo y felicitaciones por el blog!
@elcriticojd

Marmaduke/Eddie/Matt dijo...

Gracias. Siempre me hace bien que me desasnen. Acabás de hacerlo.
Eddie

el de adentro dijo...

Gracias Franco, Eddie!!!

Ayj: hay una gran diferencia entre la historia japonesa que estudiamos en Occidente y la historia japonesa que estudian ellos. Por razones obvias, en Occidente nos enfocamos quizá en factores externos y ellos miran principalmente los factores internos. En el caso de Perry es muy evidente. La guerra ruso-japonesa es sin duda un hito fundamental en la historia de Japón, pero el virreinato de Mac Arthur es más complicado. Hasta hace unos 15-20 años, la historiografía occidental se basaba principalmente en fuentes estadounidenses, pero han surgido libros de historiadores americanos ("Hirohito and the making of modern Japan" o "Japan in Defeat", para nombrar a los más famosos) que empiezan a usar mucha fuente japonesa, y te dan otra lectura: la del virreinato de Mac Arthur como una sucesión de frustraciones. El único objetivo claro que se puede decir que Mac Arthur impuso contra la voluntad de los ocupados fue la reforma agraria. Su primer objetivo era transformar a Japón en una república, y no pudo. No pudo transformar a Tokio en la ciudad que él quería, su visión de un país sin ejército no se concretó, y su orden de desmantelar los zaibatsu terminó con la creación de los keiretsu, que son casi lo mismo...

JD: 'chas gracias. Efectivamente esa es otra gran contradicción, entre un pueblo extremadamente honesto y una clase política (principalmente un partido) exquisitamente corrupto. La corrupción viene principalmente del diego que toda obra pública tiene que destinar al financiamiento de la política, como vos mencionás. No sé si cambió algo con los demócratas en el poder....